6/7/12

ROSARIO DE ACUÑA, intel·lectual, maçona i poc convencional (el personatge ocult, 26)



La nostra protagonista era, efectivament, Rosario de Acuña.

El rostre d'Hipatia feia referència al nom que va triar en entrar a la lògia maçònica d'Alacant i que també va utilitzar per firmar alguns articles. Els símbols eren els de la maçoneria.

La imatge de Cueto feia referència a aquest poble, en el qual va muntar una explotacíó avícola. L'escut era el de Portugal, país on es va haver d'exiliar ja de gran.

La institució era l'Ateneu de Madrid. La platja de Gijón tenia relació amb aquesta ciutat, en la qual va tenir la seva caseta dels darrers anys i on va morir.

Saragossa va ser una ciutat on va anar a viure acabada de casar, ja que el marit era militar i va estar destinat allà. El teatre on va estrenar la seva primera obra el del Circo, a Madrid.

Podeu veure informacions diverses sobre la vida d'aquesta dama a molts indrets virtuals, com ara la web maçònica,  Una lògia asturiana porta el seu nom.

També podeu saber més coses de la seva vida a través d'un dels programes de Mujeres en la Historia, de RTVE.

L'article criticant l'actuació d'uns estudiants brètols davant d'unes noies universitàries estrangeres es pot trobar aquí però per tal que no hagueu de buscar i pogueu comprovar quina Espanya era aquella, el copio:



La Jarca de la Universidad


El Heraldo de Madrid hizo el relato de un suceso, ocurrido a las puertas de la Universidad, del que han sido protagonistas unos caballeros estudiantes que se pusieron en acecho, a la salida del claustro, para insultar de palabra, y hasta de obra, a unas jóvenes estudiantas de la facultad de filosofía y letras; un carretero, que pasaba por el sitio del escándalo, puso en fuga vergonzosa a los insultadores de aquellas mujeres. Este es el sucedido por el cual se escandalizó el Heraldo, llamando jarca a la hueste que acometió a las jóvenes, por la sola razón de ser muchachas guapas y estudiantes...

Esto pasa en la Universidad de la capital española. ¿Y qué significa esto? Pues nada más que lo siguiente: excepto unos pocos españoles, la mayor parte, perteneciente a la categoría social del carretero, y el resto de dicha parte a la categoría de los Costa, Pi y Margall, Linares, Giner, y unos poquitos más, todo el resto de los españoles no son nimachos siquiera...¡no! porque ni los perros, ni los verracos, ni los garañones, ni aún los mochuelos machos, acometen a las hembras y hasta se dejan morder, cocear y picar por ellas, con la mayor dulzura y benevolencia, y ¿por qué? porque son machos; porque tienen la conciencia de su destino, de amparadores y defensores de sus compañeras.

Nuestra juventud masculina no tiene nada de macho; como la mayoría son engendros de un par de sayas la de la mujer y la del cura o el fraile y de unos solos calzones los del marido o querido resultan con dos partes de hembra: o por lo menos hermafroditas por eso casi todos hacen a pluma y a pelo. Tienen, en su organismo, tales partes de feminidad pero de feminidad al natural, de hembra bestia que sienten los mismos celos de las perras, las monas, las burras y las cerdas, y ¡hay que ver cuando estas apreciables hembras se enzarzan a mordiscos; las peloteras suyas son feroces...!

¡Ahí es nada! ¡no morder aquellos estudiantitos a sus compañeras! Sus órganos semifemeninos les hacen ver una competencia desastrosa, para ellos, con que las mujeres vayan al alcance de sus entendimientos de alcancía rellena de ilusiones, de doctorados, diputaciones y demás sainetes sociales.

¿Qué les quedaría que hacer a aquellas pobres chicas?... digo pobres chicos... si las mujeres van a las cátedras, a las academias, a los ateneos y llegan a saber otra cosa que limpiar los orinales, restregarse contra los clérigos, y hacer a sus consortes cabrones y ladrones, para lucir ellas las zarandajas de las modas...?

¡Arreglados quedarían entonces todos estos machihembras españoles si la mujer adquiere facultades de persona! ¿qué van a ser ellos? ¿amas de cría? No, no; los destinos hay que separarlos; los hombres a los doctorados, a los tribunales, a las cátedras, a las timbas y a las mancebías de machos, a ser unas veces ellas y otras veces ellos; las mujeres a la parroquia, o al locutorio, a comerse o amasar el pan de San Antonio; y luego las de la clase media, a soltar el gorro y la escarcela, a ponerse el mandil de tela de colchón, y aliñar las alubias de la cena, a echar culeras a los calzoncillos, o a curarse las llagas impuestas por la sanidad marital; si son de la clase alta, a cambiarle, semanalmente, de cuernos, al marido, unas veces con los lacayos y otras con los obispos...Este, este es el camino verdaderamente derechito y ejemplar de las mujeres.

¿A quién se le ocurre ir a estudiar a la Universidad? ¡Dios nos libre de las mujeres letradas! ¿Adónde iríamos a parar? ¡Tan bien como vamos en el machito! ¡Pues qué! ¿Es acaso persona una mujer? ¿No andan ya los sabios a vueltas para ver si es posible sustituirlas por engendradoras artificiales?... Además, la juventud española no las necesita; por eso anda toda ella tan rasurada; con un poco de perfume, y siendo de noche ¿qué más da uno que una?

¡Ande y que siga la danza!
Señores carreteros, fogoneros, mineros, poceros y demás ilustrísimos HOMBRES de la clase proletaria española ¿será posible que ustedes saquen, de las ancas de sus hembras todo unas hembras, seres bisexuales, como esos tan asquerosos de la Universidad madrileña, que son casi la totalidad que dan de sí nuestras clases medias y aristocráticas? ¡No, por Dios! ¡exterminen los hijos que les nazcan así, aunque sea estrellándolos! ¡salven, por caridad, la raza nuestra que lleva el camino de producir unos bichos con cabeza humana, sexualidad de ostra e inteligencia de asno loco!

¿No será posible, proletario español, que regeneres la casta? Se hace necesario volver al buen camino, de grado o por fuerza, hay que producir hombres machos; fuertes; valerosos; testificadores de la verdad dura y desnuda; serenos, conscientes de su masculinidad; con todos los atributos de la soberanía viril y, por lo tanto, llenos de dulzura, de bondad, de amor, que son la esenciabilidad de la fortaleza. Hay que producir unas hembras mujeres no monas con todas las sutilidades de la inteligencia y todas las audacias, energías, resistencias y firmezas de la feminidad; conscientes de su inmenso poder como generadoras del porvenir y como complementarias semejantes del hombre; sin que las estúpidas faenas del presente sirvan para clasificarlas de sexo contrario, pues tan admirablemente puede guisar unas patatas el hombre como la mujer, y tan maravillosamente puede hacer una combinación química una mujer como un hombre.

Hay que engendrar la pareja humana, de tal modo, que vuelva a prevalecer el símbolo del olmo y la vid, que tal debe ser el hombre y la mujer, los dos subiendo al infinito de la inteligencia, del sentimiento de la sabiduría, del trabajo, de la gloria y de la inmortalidad; y los dos, juntos, sufriendo, con la misma intensidad, los dolores; gozando, en el mismo grado, de los placeres; entrelazados, siempre, en estrecho abrazo, el uno acusando la firmeza y la arrogancia, la otra recostada y amparada en ellas, llenando el mundo de óptimos y azucarados frutos.

¡Júntense todos cuantos carreteros sean precisos para secundar al carretero apaleador de estudiantes, y lluevan palos sobre esos hijos espurios, amamantados en los hogares de la clase burguesa española, todos ellos convertidos en beaterios, alcahuetes de vicios y crápulas...! ¡firme contra esos micos, sin la gracia del rabo, y sin la utilidad que dan los auténticos al titiritero ambulante!

¡Si no es por vosotros, proletarios, esto se acaba, se acaba! Así como se van a cazar alimañas al África, para repartirlas luego por las colecciones zoológicas, así se vendrán a cazar indígenas a España para luego repartirlos, de barraca en barraca, enseñándolos como ejemplo de hasta dónde puede llegar la degeneración humana.

¡Qué bien estarían esos estudiantitos de la Universidad de Madrid con un libro de retórica en la diestra, y relamiendo una lagartija recién chamuscada; sin taparrabos ¿para qué? con un aro de cobre en las narices; las piernas casi todos serán patizambos llenas de ajorcas; cuatro plumas de gallo tiesas en la coronilla, y una lavativa tatuada sobre los riñones...Puestos así, haciéndolos bailar en un tablado, al son de la “Marcha de Cádiz” el himno de nuestras glorias y con un letrero anunciándolos como la elite de la raza española, eran el clou del mundo...

¡Ande el movimiento y venga de ahí, ilustrísima, reverendísima y sapientísima falange de machos españoles!

El Progreso, Barcelona, 22-11-1911


4 comentaris:

Gabriel Jaraba ha dit...

La lògia Rosario de Acuña, a l'Orient de Xixon, federada al Gran Orient de França, ha fet pública una declaració de suport als minaires asturians.

Júlia ha dit...

Interessant, Gabriel.

Tot Barcelona ha dit...

Gracias ¡¡ salut

Anònim ha dit...

NI LA CONEIXIA,AQUESTA SRA.,BUSCARE INFORMACIO,PINTA MOLT INTRESAN.
PERDONA JULIA,L'ALTRE DIA ET VAIG CONFONDRE,ES QUE VAIG DE BOLIT,TINC LA PARENTELA DE TOLOSA DE LLENGUADOC,AQUI A CASA...ES UN NO PARAR.
JUGANT.